Imagen: todopormiguate.com |
Por Ana Maria Rodas
No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado.
¿Qué paz acordaron en mi nombre?
¿Quién les dio permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que llevo entre las manos
dijo
adelante, firmen ese convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno.
Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias
a competir por esculpir la Luna.
Mientras tanto
aquí, como si nada, se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios.
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal, aún estoy viva.
Pero esta lista, esta lista que me hace llorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio.
No me vengan con sellos a estampar un cancelado.
Aquí no se cancelan los afectos
ni los llantos, ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos.
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