martes, 17 de enero de 2012

Los acuerdos de paz no fueron acuerdos, mucho menos por la paz


Por Henry Barillas

Se cumplen 20 años de los acuerdo de paz de Chapultepec México. Acuerdos que le pusieron fin al conflicto armado en 1992 en El Salvador.

En mi opinión, los acuerdos de paz no fueron acuerdos, mucho menos por la paz, fue una negociación política que determinaría el inicio y la consolidación de una democracia burguesa.

Callar fusiles, fin a los aparatos represivos, una policía "civil”, creación de algunas instituciones y figuras civiles y "respeto" a los DDHH fue parte de lo alcanzado y negociado, es importante, nos ha ayudado a generar un clima diferente al que se nos presentaba en décadas anteriores, si, pero siempre manteniendo los privilegios a un reducido sector pudiente, poca participación política de la sociedad civil, sobre todo de los sectores populares y una impunidad ante la mayoría de los casos de lesa humanidad y en todos los demás perpetrados por el ejercito y grupos clandestinos.

Crear un modelo que garantizara un leve clima de democracia donde la gente pudiese votar, ser parte de un partido político y aspirar a ser candidato/a por algún cargo publico es la democracia que nos vendieron y hemos legitimado.

Las aspiraciones de la gente en la década de los setenta y ochenta por llegar a un acuerdo de paz, una revolución o una salida negociada, era lograr y optar a una calidad de vida mediante un modelo que garantizara, empleo y salarios dignos, educación, salud, seguridad y libertad de expresión para todos/as los que nunca habían tenido.

Es por eso que una enorme cantidad de combatientes del FMLN no estuvieron de acuerdo con esos acuerdos y con las negociaciones, pues ellos sabían que no garantizaría lo que se quería, esa negociación es un resentimiento histórico que no se podrá borrar.

De lo que realmente se aspiraba poco se ha obtenido, si un nuevo acuerdo de paz se diera como algunos lo proponen, seria para garantizar real y plenamente una calidad de vida para todos/as, como muchos/as querían y quieren.

Algo se ha hecho en los últimos años para garantizar algunas pocas cosas y que hay instituciones donde levemente nos pueden escuchar y que de alguna manera nos podemos expresar nuestras ideas, esto representa un leve avance, pero repito, creo que no es de manera total lo que se quería.

Sabemos que en un pueblo donde hay democracia hay paz y que donde ha paz hay democracia, necesitamos una democracia real que sea participativa y no representativa como lo es actualmente, necesitamos que al pueblo se le consulte mas sobre las decisiones, que tenga las condiciones para que realmente pueda participar y aspirar a cargos publico, un mayor acceso a la información, un respeto al Estado de derecho.

Lo que realmente necesitamos es un nuevo Estado, que tenga una nueva relación con el medio ambiente y la naturaleza, con la mujer, con el derecho y con la gente, con los Estados Unidos, necesitamos un Estado Laico, con una democracia participativa, soberano e internacionalista.

Mientras El Estado siga siendo el mismo, tenga esa misma relación, promueva la impunidad y la democracia para unos pocos, nunca cambiaran las cosas, exigir y construir un nuevo Estado es nuestro deber.

Un nuevo Estado solo es posible conformando un movimiento social grande y pluralista, todos/as los sectores populares deben de estar ahí, se tiene que exigir cambios en las calles, en las plazas y la puerta de los diferentes órganos de gobierno, en todas partes, pero sobre todo que se prepare, que tenga gente con experiencia política, cuadros políticos, gente honesta y líder, inteligente y humanista, con toda la fuerza de voluntad de construir algo nuevo para la gente, para eso hay que formarse y debe de ser ya.

No podemos seguir descansando, hay que pensar y actuar ya, las presentes elecciones nos dará la pauta para poder encender mas la llama de la indignación y la rebeldía, muchos/as se darán cuenta que partidaria-mente no mucho se puede hacer, los cambios vendrán de abajo y desde adentro, donde esta la gente de verdad.

El 2012 será el punto de partida para todo esto, las luchas no serán en vano y ya nos estamos preparando, la coyuntura electoral no es el evento extraordinario de 2012 en El Salvador, antes de fin de año la gente se indignara en los pueblos de Cushcatan y yo quiero estar ahí para verlos y participar de esa indignación colectiva que será el punto de partida que nos llevara a un cambio real, a la justicia y a la paz que nos merecemos las mayorías y las minorías excluidas.

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